Motivación,  Psicología

Desafía tus Miedos

Al momento de tomar la decisión de realizar algo que nos apasiona llega automáticamente nuestro mayor enemigo: el Miedo. Cuando hablamos sobre miedo lo primero en que pensamos es en todas esas cosas que nos asustan, limitan o nos incomodan. La realidad es que no estamos fuera de lo que podría definirse como miedo.

El miedo es una emoción primitiva en ocasiones angustiosa provocado por un peligro real o imaginario. Se define como una emoción, debido a que es un estado afectivo que experimentamos basado en una reacción subjetiva al ambiente, influenciado por experiencias previas y puede estar acompañada de cambios fisiológicos. Mencioné que el miedo puede ser provocado por un peligro real o imaginario. Cuando nos enfrentamos a una situación donde nuestra vida puede estar en riesgo es lo que podemos llamar un peligro real. Pero, muchas veces en nuestra vida enfrentamos situaciones emocionales que nos provocan temor o nos hacen sentir en riesgo, es lo que podríamos llamar peligro imaginario. Esto debido a que están sujetas a nuestra interpretación del evento y/o experiencias pasadas. Independientemente, de que enfrentemos un peligro real o un peligro imaginario, nuestro cerebro activa un botón que los psicólogos le llamamos el “botón de pánico” donde el cuerpo comienza a prepararse fisiológicamente para defenderse de eso que nos atemoriza. Nuestro cuerpo comienza a aumentar el pulso, la oxigenación, la presión sanguínea, se libera adrenalina por el sistema nervioso entre otras funciones, con el fin de emitir una respuesta (ya sea de huir o luchar) y enfrentar nuestro temor.

Pero ¿qué ocurre cuando no estamos en un peligro real y es peligro imaginario provocado por algo emocional?  Nuestro cerebro envía la misma señal para un peligro real como para un peligro imaginario, provocando que nuestro cuerpo se prepare para salir corriendo del supuesto peligro. Al no tener que salir corriendo porque no estamos en un peligro real, vamos a sentir fisiológicamente toda esa adrenalina de defensa que podría llevarnos hasta un ataque de pánico. Si el miedo toma control de nuestras vidas, puede conducirnos a irritación, frustraciones, ansiedades y hasta depresión. El miedo puede convertirse en ese enemigo fuerte y cruel que destruye nuestros sueños, metas y potencial para alcanzar lo que deseamos a través de pensamientos irracionales y totalmente distorsionados.

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Algunos miedos nos detienen más que otros, pero sin importar cuán grande puedan ser tiene la habilidad de convertirse en obstáculos sobre nuestras capacidades y haciendo que nuestros sueños se conviertan en imposibles. Llevándonos a vivir una vida limitada, llena de inseguridades, ambivalencia y enajenada de un mundo de oportunidades que esperan por nosotros. Existen múltiples clases de miedo, pero hoy me voy a enfocar en aquellas que nos limitan en alcanzar nuestra pasión.

Miedos que limitan mi pasión:

1. Miedo al Fracaso: Cuando decidimos iniciar un nuevo proyecto, lo primero que llega a nuestra mente es: ¿Y si no funciona? Nuestro enemigo inmediatamente envía a nuestra mente su primer misil, haciendo que empecemos a buscar todas las razones por las cuales no demos arriesgarnos y destruyendo nuestro proyecto. Provocando que se active nuestro botón de pánico llenándonos de inseguridades e induciendo que nuestro proyecto fracase sin aún haber iniciado. Muchas veces actuamos como si lo que queremos fuera malo, pero debemos tener más fe en nuestras capacidades. Confía en tu instinto y arriésgate.

2. Miedo a las Criticas y/u Opiniones de los demás: Otra de las estrategias de nuestro enemigo es el miedo a lo que las demás personas puedan pensar sobre nosotros y nuestros proyectos. Nos convierte en expertos de leer la mente de las personas que tenemos a nuestro alrededor, causando que desarrollemos dudas sobre cuan competentes podemos ser y el apoyo que podamos recibir. Llevándonos a dejar en el cajón de sueños nuestros planes por miedo a la opinión de los que nos rodean.

3. Miedo a Ofender: Cuando desarrollamos una idea, deseamos poner en acción un proyecto o simplemente queremos arriesgarnos a una nueva posición de trabajo, nos restringimos de arriesgarnos por miedo a ofender con nuestra petición. Muchas veces, no solicitamos, damos seguimiento o insistimos sobre eso que deseamos porque pensamos que podemos incomodar a las otras personas con el explorar alternativas, plantear sugerencias o simplemente con el hecho de preguntar. Dejamos en espera lo que deseamos a la expectativa de que otro responda a nuestra propuesta o promocione lo que realizamos. Sin embargo, nadie reconocerá tus habilidades a menos que se las muestres.

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4. Miedo a No tener la Experiencia Suficiente: Creo que esta es una de las armas más poderosas de nuestro enemigo. Cuando decidimos emprender algo nuevo, el pensar que no contamos con la experiencia es otro factor que despierta un gran temor. Nos convertimos en los críticos más severos de nuestras capacidades y habilidades, llevándonos a visualizarnos como incompetentes. Esta estrategia maquiavélica nos lleva anular nuestros sueños. No se trata de experiencia sino de pasión.

Por otra parte, debo decirte que podemos convertimos en amigos de nuestro enemigo. ¡Así como lo escuchas!  El miedo es una emoción útil, si la canalizamos correctamente. El miedo es también ese instinto que nos impulsa a arriesgarnos a realizar eso que deseamos, dándonos la oportunidad de llevarnos al éxito. Si deseas triunfar en la vida y alcanzar tus metas debes hacerte amigo de tus miedos y demostrarle que se ha equivocado contigo.

Entonces, ¿Cómo me hago amigo de mis miedos?

1. Reconociendo que existe: No puedes seguir ignorándolo, eso le da poder sobre ti porque le demuestras que tiene razón sobre lo que supone de ti. El reconocer que lo estas sintiendo y recordar que el miedo es algo natural le quita ventaja sobre ti.

2. Identifica que tipo de miedo te está atacando: Identifícalo, ponle nombre a tu miedo, explora que lo está provocando, que emociones te provoca, que está intentando limitar en ti y cuan racional puede ser. Conocer tus miedos te da el poder y la seguridad de que podrás alcanzar lo que deseas.

3. Ponle un Stop y Confróntalos: Cuando ellos intenten persuadirte y convencerte de que no puedes, detenlos. Déjale saber que tú eres más fuerte que ellos, que ya no tienen control sobre ti ni el poder de destruir tus metas.

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4. Recuerda que no tenemos control: Aquellos que me conocen, saben que constantemente les hablo sobre reconocer que no tenemos control del futuro. El miedo va a querer seguir persuadiéndote con la inseguridad de lo que puede ocurrir. Es normal que sintamos incertidumbre sobre lo que pueda pasar, pero si no lo intentamos no sabremos la respuesta. Así, que recuérdale al miedo que no tienes control de lo que pueda acontecer, pero si la capacidad de lograrlo.

Recuerda, que el miedo es solo un enemigo imaginario que se levanta para asustarte e impedir que logres eso que tanto anhelas. Cuando reconoces que su intención es limitarte, te das cuenta de que no era tan poderoso como pensabas.  Lograrás convertirlo en tu amigo y usarlo como el medidor de tus sueños. ¿Cómo medidor de tus sueños? Pues sí, en una ocasión leí que: “nuestros sueños están justo detrás de nuestros miedos”. La realidad es que tiene mucha razón. Si te detienes un momento y piensas en ¿qué es lo que más anhelas y porque no lo has alcanzado? Te darás cuenta de que no lo tienes porque justo delante tienes un miedo que te limita a lograrlo.

La vida está llena de grandes retos y sueños que deseamos alcanzar, pero también de obstáculos llamados miedos que luchan para que no logres lo que tanto deseas.  Levántate con valentía y enfrenta a tus miedos: déjale saber que tus sueños son más grandes y poderosos que ellos. La valentía no es la falta de miedo sino es la acción de tomar el primer paso y cambiar de camino aún el miedo exista; pero con la esperanza de que las cosas cambiarán, lograrás tus sueños y encontrarás la felicidad.

Desafía tus Miedos…

 

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