Motivación,  Psicología

Eres más que un Espectador de tu Pasado

En la vida de cada uno existen capítulos que no nos gustaría volver a escribir. Historias llenas de situaciones difíciles, momentos dolorosos y de tristeza. Capítulos que desearíamos que nunca se hubiesen escrito en nuestra vida, pero que llegaron y se perpetuaron en nosotros sin pedirlos. Experiencias que anhelaríamos poder borrar y nunca tener que contar. Pero, por alguna razón somo expertos en mantener nuestro pasado vigente como un medidor de quienes somos o peor aún como un auto castigador. Usamos nuestro pasado para flagelarnos sobre nuestros errores, humillar nuestra auto estima y victimizarnos ante nuestro presente.

No podemos descartar nuestro pasado por más que lo deseemos, debido a que está escrito en todas nuestras vivencias que nos han formado en quienes somos hoy. El pasado es un armario lleno de experiencias que hemos vivido, ya sean buenas o malas. Lleno de decisiones equivocadas y otras más certeras, de momentos mágicos y de otros decepcionantes, llenos de personas que aún siguen en nuestras vidas y otros que se han ido.

El pasado puede ser un armario de desahogo que tenemos en casa, donde recurrimos a buscar algo que necesitamos al momento. Quizás es ese armario donde buscamos la auto compasión, la nostalgia, el enojo, las dependencias, la soledad y donde humillamos a quienes somos. El problema estriba cuando ese armario está saturado de todas esas emociones que lanzamos a él por falta de tiempo o simplemente porque no deseamos deshacernos de ellas. Lo preocupante es cuando deseamos pasar el día sumergidos en ese armario, pensando sobre cada una de las cosas que están en él. Esto nos mantiene paralizados, nos impide movernos a realizar nuestros sueños, a conocer nuevas personas, a ser quienes deseamos ser o simplemente a disfrutar lo que cada día nos ofrece.

👉 Lee También:  Dificultad con Propósito

Recordar aquello que no fue satisfactorio en el pasado y los maltratos emocionales que enfrentamos, lo único que provocan son emociones de tristeza, vergüenza, corajes, desilusiones, rencores, etc. llevándonos al abismo de una depresión. Permanecer en el pasado es como ver la misma película una y otra vez, esperando que cambie el final, pero eso no va a ocurrir nunca. No dejes que el vivir en el pasado te lleve a perderte en tu presente, limitándote de escribir una nueva historia. Entonces, ¿qué hacemos para no vivir con el pasado?

1. Estar conscientes de que nuestro pasado no va a cambiar: Como he señalado anteriormente, no podemos cambiar nuestro pasado. El mismo es parte de nuestra historia, así que debemos estar consciente de que no hay marcha atrás. Pero, si hay un gran camino de frente esperando que decidas recorrerlo.

2. Reconocer las cosas que hay dentro del armario: Es decidir abrir las puertas y ver que cosas has guardado dentro de él. Es identificar por su nombre cada sentimiento que has almacenado por miedo a enfrentarlo. Reconocer es examinar con cuidado y atención cada una de esas emociones. Es conocer mejor su estado y emitir un juicio acerca de cómo están, que las mantiene ahí y cuan necesarias son.

3. Organizar el armario: Luego de identificar que hay dentro de tu armario es necesario desechar cada una de las emociones que nos hacen daño. No tengo que ser muy descriptiva aquí, porque estoy segura de que puedes identificar qué cosas de tu pasado aún dominan tu presente. Esas son las emociones que tenemos que deshacer inmediatamente. Quizás algunas pueden ser más fácil de tirar al zafacón, pero pueden haber otras que sean difíciles de desechar. Esas que entiendas que son difíciles de eliminar, porque duelen como el día en que decidiste acumularlas en el armario; debes solicitar ayuda a un profesional para que te ayude con el proceso. Otras, quizás no haya que echarlas a un zafacón y se puedan quedar en nuestro armario. Pero, deben quedarse identificadas únicamente porque el observarlas nos recuerda cuan fuerte somos.

👉 Lee También:  Abre Camino a Tus Promesas

4. Perdónate: Cuando identificamos las cosas que realizamos mal, tendemos a reprocharnos por que lo realizamos o permitimos que ocurrieran. La manera en que actuamos en ese momento fue impulsada por lo que sentíamos o entendíamos que era lo correcto. En vez de estar culpándote por algo que no puedes cambiar, mira hacia atrás solo para reconocer cuan fuerte y valiente has sido. En este momento solo puedes aprender sobre lo ocurrido y perdonarte, con el fin de no volver a cometer el mismo error, no dejar que te lastimen y por supuesto, crecer.

5. Encuentra un sentido de vida: Tener metas en la vida nos permite enfrentar las malas experiencias y continuar por que sabemos que hay cosas en nuestra vida por la que vale la pena seguir. En adición nos da aliento para soportar las adversidades, porque sabemos que no serán eternas y cuando finalice, habremos logrado lo que anhelamos. Si aún no tienes algún deseo, meta o no has descubierto que te apasiona, es momento de detenerte y descubrirlo.

6. Vuelve a empezar: Debemos hacer las paces con nuestro pasado y aventurarnos con nuestro presente. En nuestra vida nos topamos con muchas experiencias que nos llevan a tener que volver a empezar. Evalúa esas situaciones y analiza: ¿De qué manera te hizo más fuerte? ¿Qué aprendiste nuevo a través de esta experiencia? Céntrate en lo que has ganado. Se necesita tiempo para sanar, pero mientras vas sanando deja que el sufrimiento se transforme en algo beneficioso y de crecimiento en tu vida. No reniegues tu pasado ni lo adoptes como parte de ti, solo acéptalo como parte de tu proceso de vida y ofrécete la oportunidad de volver a empezar.

👉 Lee También:  Desafía tus Miedos

No permitas que las desilusiones o los temores del pasado te priven de obtener lo que necesitas, anhelas y de creer que el tiempo de Dios es perfecto. Continúa buscando con todo tu corazón eso que tanto anhelas y no boicotees el plan con tus miedos, inseguridades y aprobaciones de otros. Las personas que viene en el pasado se convierten en espectadores de lo que aconteció. Los que viven en el presente se convierten en protagonistas de sus vidas. Así que equípate de valentía para vivir una vida con pasión.

¡Comparte este Artículo!